En esta nueva entrada os queremos hablar de un fenómeno meteorológico que, a pesar de ser interesante en muchos aspectos, es común para unos, no tanto para otros y quizás no del agrado de todos: las entradas de polvo del desierto a nuestras latitudes. ¿Son comunes? ¿Qué riesgos implican? ¿Cómo nos afectan? ¿Qué precauciones debemos tomar? Os desvelamos las respuestas a estas preguntas a continuación.
Cuando el cielo se vuelve de color marrón
Seguramente, y quizá en más de una ocasión, hemos mirado al cielo y hemos notado algo extraño en su color, más marrón de lo normal o más opaco. Esta tonalidad puede ser un indicativo de que en la atmósfera hay una concentración de partículas de polvo superior a la normal, afectando a la visibilidad e incluso a la vida cotidiana de las personas.
Además, cuando diversos factores meteorológicos interaccionan, se pueden producir chubascos a la vez que observamos estas tonalidades de color marrón en el cielo. Cuando esto ocurre, es prácticamente seguro que el agua que recojamos no sea transparente, si no de color café.
Las imágenes anteriores corresponden a la última entrada de polvo sahariano al mediterráneo occidental, arrastrado desde latitudes menores por un sistema de bajas presiones. En esta ocasión, la advección de partículas dejó el cielo con un aspecto muy poco usual para la época del año, ya que las entradas de polvo son más bien típicas del verano.
El vecino del sur
La primera pregunta que quizás nos hagamos cuando observamos este tipo de fenómenos es de dónde proceden estas partículas de polvo tan poco agradables, tanto para la vista, como para la vida cotidiana, si estamos tan lejos del desierto. Para responder a esto, no hace falta entrar en demasiado lujo de detalles: tanto la Península Ibérica como el mediterráneo occidental se encuentran bajo la influencia directa del desierto del Sáhara, situado en el norte de África, muy próximo en latitud a estas regiones de Europa.
En la imagen anterior se puede apreciar a simple vista la lengua de polvo que hay entre Murcia y el norte de África. Ello da buena fe de que aunque parezca que el desierto es muy lejano, los sistemas meteorológicos (frentes, depresiones,…) son capaces de arrastrar partículas a miles de kilómetros de distancia. En la siguiente imagen se muestra cómo el polvo sahariano, procedente del norte de África, ha viajado hacia el sureste de la Península y Baleares, acompañado de nubosidad asociada a un frente:
Cuando el polvo afecta a la salud
La imagen anterior proporciona una explicación a las primeras imágenes que hemos visto al principio de la entrada: la alta concentración de polvo y la nubosidad son la razón por la que en ocasiones la lluvia parece café y el cielo se torna de color marrón y en ocasiones dejando una visibilidad muy reducida. Sin embargo, conviene tener en cuenta varios factores cuando se producen entradas de polvo, más allá de si debemos preocuparnos por lavar nuestro coche o no.
Cuando las concentraciones de polvo en suspensión son muy altas y dejan un cielo como en las imágenes anteriores debemos tener en cuenta que estas partículas afectan directamente a la salud. En función de su tamaño, afectan a nuestro sistema respiratorio, provocando asma, rinitis, sinusitis o conjuntivitis. La predicción de concentración de polvo en suspensión también es una actividad fundamental para prevenir a la población del riesgo para la salud y también para las actividades económicas, como por ejemplo, el tráfico aéreo. Las altas concentraciones de polvo reducen mucho la visibilidad, provocando retrasos e incluso cancelaciones en los vuelos, además de afectar a la energía producida en plantas fotovoltaicas. Afortunadamente, existen modelos de predicción de concentraciones de polvo.