La importancia de la alerta meteorológica temprana

Estas últimas semanas la meteorología ha sido portada en medios de comunicación en todo el globo. Las catastróficas inundaciones acontecidas en la Comunitat Valenciana el pasado 29 de octubre favorecidas por la presencia de una DANA han estado en boca de todos y más que respuestas, surgen muchas preguntas: ¿Son normales este tipo de eventos? ¿Estas inundaciones son consecuencia del cambio climático? ¿Qué podemos hacer para evitar que desastres como este vuelvan a ocurrir? Analizamos las respuestas a estas preguntas y otros factores en esta nueva entrada del blog.

DANA y lluvias extremas

En meteorología 1+1 casi nunca es igual a 2. El sistema atmósfera-tierra es tan complejo que el más mínimo cambio en las condiciones actuales provoca que las previsiones del tiempo cambien drásticamente. El origen de este caos se debe principalmente en la imposibilidad de resolver de manera exacta las ecuaciones que gobiernan los procesos de transporte de masa y energía en la atmósfera. Mediante aproximaciones numéricas, los modelos de predicción del tiempo simulan una posible realidad futura que no tiene por qué corresponderse siempre con lo observado. Este caos nos obliga a afirmar que DANA no siempre equivale a lluvias extremas. Para ello, deben ocurrir simultáneamente toda una serie de factores.

En una entrada anterior hablamos del origen de las DANAs y los posibles efectos en superficie que pueden provocar. Es importante remarcar que en días posteriores a la tragedia acontecida el día 29 se siguieron produciendo precipitaciones torrenciales en el norte de la Comunitat, con acumulados diarios que localmente superaron los 200 mm (fuente: AVAMET). Centrando la atención en el día 29, analicemos qué factores meteorológicos se dieron para que se produjeran estas precipitaciones torrenciales.

Mapa sinóptico del 29/10/2024
Figura 1: Situación sinóptica a 500 hPa el día 29/10/2024. Reanálisis de CFS para Europa. Coloreado: geopotencial a 500 hPa. Líneas blancas: presión media a nivel del mar. Fuente: wetterzentrale

En la Figura 1 podemos ver un mapa de la situación sinóptica en toda Europa. Las variables atmosféricas representadas son la topografía a 500 hPa (5500 m. de altura) y la presión media a nivel del mar. Se puede ver la presencia de unos contornos con forma circular (DANA) con un mínimo topográfico centrado en áreas del Estrecho. Las líneas de igual presión (isóbaras) delatan la presencia de una baja en superficie de 1010 hPa aproximadamente.

Sabemos que alrededor de las bajas presiones el viento tiende a circular en sentido antihorario en el hemisferio norte, con lo que si en el mapa ponemos el ojo en el este peninsular, se adivina que los vientos que circulaban en superficie procedían del este principalmente. Estos vientos tienen la característica de ser muy cálidos porque al entrar en contacto con el Mar Mediterráneo se cargan mucho de humedad. Estos vientos, al chocar con una superficie terrestre o una barrera orográfica como las que existen en el este peninsular, tienden a frenarse y a ascender, favoreciendo la formación de nubes bien cargadas de humedad.

Figura 2: Precipitación acumulada el 29/10/2024 en el interior de la Comunitat Valenciana. Fuente: AEMET

Si centramos nuestra visión en la atmósfera a unos 5500 m. de altura vemos que las líneas que rodean la DANA tienen orientación sureste-noroeste, indicando que el flujo en altura procedió del sureste. Al contrario de lo que uno podría pensar de manera intuitiva, la mayor inestabilidad atmosférica en este tipo de circulaciones no se sitúa en su centro, si no en la periferia situada al este, ya que ahí es donde se producen los vientos en altura más intensos.

La combinación de los factores en superficie y en altura son los que principalmente favorecieron la formación de sistemas de tormentas muy potentes con un potencial de impacto muy alto debido a las precipitaciones tan intensas asociadas, aunque también hay que tener en cuenta que el movimiento de la DANA, muy lento, también favoreció la persistencia de las precipitaciones torrenciales.

Figura 3. Precipitación acumulada durante la jornada del 29/10/2024. Fuente: AVAMET.

La combinación de todos estos factores tuvo como consecuencia inundaciones de carácter catastrófico, debido a las extraordinarias acumulaciones de lluvia. Gracias a la asociación meteorológica privada AVAMET, se ha podido reconstruir el episodio meteorológico con muchos detalles. En la Figura 3 se puede apreciar la exagerada cantidad de lluvia en sólo 24 horas en las comarcas del interior de la Comunitat. En la estación de Xiva se acumularon 641 mm pero se observa un área de acumulados de más de 300 mm muy grande, que abarca la mayoría del interior de Valencia.

Tal y como se puede vislumbrar en la Figura 2, estas precipitaciones ocurrieron en cuencas hidrográficas por las cuales cruzan los ríos Magro y Júcar, que confluyen en los pueblos del sur de València. Tal cantidad de agua recogida en tan poco tiempo es completamente inasumible por las cuencas, con lo que el volumen de agua que viajó desde el interior hacia el litoral provocó desbordamientos e inundaciones catastróficas en los pueblos del sur cercanos a Valencia, a pesar de que en dichos pueblos no lloviera de manera torrencial.

La variación de los acumulados fue extrema. En Paiporta sólo se acumularon 6 mm en toda la jornada de día 29 mientras que en Turís, a tan sólo 20 km del pueblo, cayeron 772 mm, un dato completamente fuera de escala que proporcionó la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET). En esta estación ¡se recogieron casi 772 mm de lluvia en tan sólo 14 horas! En tan sólo una hora se recogieron casi 185 mm, una cantidad fuera de escala que supone incluso un récord nacional.

¿Tiene el cambio climático algo que ver?

El clima mediterráneo es un clima de extremos de manera natural. A lo largo de la historia han quedado registradas tanto olas de calor como episodios de lluvias torrenciales extremos. Ahora bien, estos episodios históricos quedaban anteriormente muy espaciados en el tiempo pero actualmente se está observando un aumento del número de episodios de tiempo extremo (olas de calor, lluvias torrenciales, temporales destructivos…).

Basta recordar algunos de los últimos episodios de tiempo extremo como la borrasca Gloria en 2020, las tormentas destructivas en Baleares a finales de agosto del mismo año, la borrasca Filomena en 2021, la ola de calor extrema de agosto de 2022, el granizo gigante observado en La Bisbal (Cataluña) a finales de agosto de 2022, con una víctima mortal, las inundaciones provocadas por precipitaciones torrenciales durante el otoño de 2023 en zonas del centro peninsular.

Toda una sucesión de eventos extremos que sin duda son inquietantes y que necesariamente se deben estudiar en profundidad para ver qué relación tiene el cambio climático con estos eventos extremos. En el caso de granizo gigante acontecido en La Bisbal, Cataluña, existe un estudio de atribución que demuestra que el tamaño del granizo observado (12 cm de diámetro) no se puede explicar sin el cambio climático antropogénico.

Post de Juan Jesús González Alemán, doctor en Física y meteorólogo superior en AEMET, reflexionando sobre el episodio de lluvias torrenciales en Valencia el pasado 29/10/2024.

Año a año vemos cómo los eventos meteorológicos extremos se van acumulando. En el caso de las inundaciones catastróficas en el interior de Valencia, ¿qué tiene que ver el cambio climático? De momento, y siendo estrictos, poco se puede decir hasta que se realicen los correspondientes estudios científicos de atribución del cambio climático de la mano del hombre. La magnitud del desastre acontecido no se debe únicamente a un solo factor (las lluvias torrenciales en este caso), si no que hay otros factores geográficos que son clave para entender el por qué de la magnitud del desastre (urbanismo, gestión del territorio,…).

Minimizando el desastre

Los eventos meteorológicos extremos tales como lluvias torrenciales, inundaciones catastróficas, olas de calor extremas, así como temporales y tormentas destructivas han ocurrido de manera natural a lo largo de la historia, pero debido al cambio climático antropogénico se espera que este tipo de eventos extremos aumente tanto en número como en intensidad.

Figura 4: Sistema de monitorización de tormentas desarrollado en Meteoclim, con avisos a escala municipal.
Figura 5: Nowcasting o predicción a corto plazo para tormentas, desarrollado en Meteoclim.

Es por ello que es necesario contar con herramientas que ayuden a tomar decisiones lo más rápido posible con tal de mitigar el impacto que puedan provocar estos fenómenos extremos. Actualmente, herramientas como el nowcasting o predicción a corto plazo pueden ayudar a la gestión de recursos para minimizar el daño provocado por tormentas intensas. En Meteoclim, contamos con un sistema de predicción a corto plazo que categoriza la intensidad y movimiento de las tormentas, además de su impacto esperado en la población. Además, contamos actualmente con un sistema de alerta por temperaturas extremas en la Comunitat Valenciana.

Referencias

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