DANAs y gotas frías: ¿qué son exactamente?

En meteorología existen algunos términos peculiares que los meteorólogos usamos mucho. Algunas situaciones de tiempo adverso, como las que provocan tormentas fuertes, aguaceros torrenciales y granizo grande se han acabado acuñando dentro de las siglas DANA o gota fría. Estos términos han acabado trascendiendo tanto que los medios de comunicación ya los usan de forma habitual. Algunas veces el término está bien usado, pero otras veces no, y en ciertas ocasiones de forma muy incorrecta e inadecuada. En esta nueva entrada te explicamos en qué consisten estos fenómenos.

El origen de las DANAs y gotas frías

El término DANA significa Depresión Aislada en Niveles Altos. Este concepto sirve para definir un determinado tipo de situación meteorológica. Para entenderlo, debemos primero explicar algunos conceptos relacionados con la dinámica de la atmósfera.

En latitudes peninsulares, la circulación general (anticiclones y borrascas) viene determinada por los vientos del oeste, enviando los diversos sistemas meteorológicos de oeste a este. La principal razón de esta dinámica se debe principalmente a la radiación solar emitida, que genera un transporte de calor y humedad de latitudes bajas a latitudes más altas y al efecto de la fuerza de Coriolis, que aparece siempre en sistemas en movimiento de rotación, como la Tierra. La combinación de estos dos factores (entre muchos otros) condiciona el tiempo y el clima en nuestro país.

La acción principal de todas estas fuerzas sobre la atmósfera resulta en ondas que se van moviendo de oeste a este en el hemisferio norte y de este a oeste en el hemisferio sur. Estas ondas se denominan Ondas de Rossby y en ellas están integradas los anticiclones y borrascas. Su nombre se debe a Carl-Gustaf Rossby, el primer meteorólogo que las descubrió y que vivió en la época de la 2ª Guerra Mundial.

En este esquema se representa la generación de ondas de Rossby: a) Los vientos en altura en el hemisferio norte van de oeste a este. La radiación solar es mayor en latitudes bajas que en las altas, generándose diferencias de temperatura latitudinales. El aire cálido está representado de color naranja y el frío de color azul. b) y c) Los efectos de las grandes cordilleras y las grandes diferencias de temperatura generan inestabilidades que se ven compensadas por la fuerza de Coriolis, generando las ondas de Rossby. Las dorsales empujan el aire cálido a latitudes más altas y las vaguadas empujan el aire frío a latitudes más bajas. d) Al estrangularse las ondas, el aire frío o cálido se aisla del resto de ondas, creándose burbujas de aire cálido o frío. Estas últimas son conocidas como DANAs. Fuente: Meteoglosario AEMET, J. Namias, NOAA.

Las ondas de Rossby, mayormente conocidas como vaguadas o dorsales, van viajando de oeste a este pero en determinadas condiciones (según cómo se posicionen las dorsales y vaguadas) se produce un empuje entre estos dos elementos, como si de una especie de pelea se tratara, provocando que las ondas se deformen lo suficiente como para que se aislen del resto. Al cortarse esta conexión con el resto de ondas, se crea una burbuja de aire frío en altura. Esta burbuja de aire frío aislada recibe el nombre de DANA o ‘gota fría’.

Características de las DANAs

El aire frío procedente de la vaguada cuando se aisla de la circulación general queda estancado y rodeado de aire más cálido, procedente de la dorsal. Esta disposición genera inestabilidad termodinámica ya que el aire frío en altura, en contraste con el aire más cálido en superficie genera ascensos, siendo más fácil que se formen nubes de evolución que provocan chubascos y tormentas.

No todas las DANAS son iguales, ni todas provocan los mismos efectos en la superficie. Tampoco tienen los mismos efectos durante todo el año, es decir, no es lo mismo estar bajo la influencia de una DANA en invierno (de hecho, es muy poco común tener DANAs en invierno) que durante el verano. En invierno, el ambiente es mucho más frío en la Península que a partir de la primavera y en verano, cuando el calor aprieta y existe más inestabilidad generada por diferencias de temperatura, ya que la superficie terrestre se calienta mucho más y el contraste de temperatura en altura es mucho mayor.

Hace unos días, la presencia de una DANA dejaba chubascos y tormentas muy intensos en el este de la Península. Dede Meteoclim seguimos la situación de cerca con ayuda del radar meteorológico.

Dependiendo de sus características dinámicas, las tormentas asociadas a las DANAS pueden provocar serios daños en superficie. La inestabilidad termodinámica generada por diferencias de temperatura, el aporte de humedad de diversas fuentes y los efectos orográficos locales ayudan a generar nubes de tormenta que pueden descargar cantidades ingentes de precipitación y granizo en muy poco tiempo, además de muchas descargas eléctricas. Cuando las precipitaciones asociadas a la influencia de una DANA provocan lluvias torrenciales persistentes, se suele recurrir al término ‘gota fría’, más común en la época otoñal en el Mediterráneo.

A diferencia de las borrascas, las cuales tienen otros efectos en superficie (viento fuerte, uno o varios frentes, diversas bandas de precipitación, presiones bajas…), las DANAs se caracterizan por ser más ‘silenciosas’: no suelen tener asociadas viento fuerte, ni presiones bajas ni frentes diferenciados.

Las DANAs en el Mediterráneo

Las DANAS en el Mediterráneo suelen poner muy en alerta a los meteorólogos, sobre todo en otoño. Durante el verano, la estabilidad reina en esta región, con ausencia de nubes y alta radiación solar. Esto provoca que la temperatura del agua del mar vaya aumentando de forma gradual. Debido a que el agua tiene más inercia térmica que la tierra firme, cuesta más tiempo enfriarla.

Cuando se acerca el otoño, la temperatura del agua del mar es muy elevada, lo cual provoca que se almacene mucha energía. Si hubiera una DANA presente, se crearía una diferencia de temperaturas en altura muy notable. Además, la propia dinámica de la DANA ayuda a liberar la energía almacenada en el agua del mar, provocando aguaceros y tormentas fuertes y persistentes que pueden llegar a provocar muchos problemas.

El municipio de Torre Pacheco, situado junto al Mar Menor, fue uno de los blancos de una DANA en septiembre de 2019, dejando un paisaje completamente inundado por las lluvias torrenciales. Foto: Agencia EFE

Por todo ello, siempre conviene prestar atención a las DANAS. No todas son iguales ni todas provocan los mismos efectos, de manera que siempre es necesario un cuidadoso análisis de la situación meteorológica para averiguar el tiempo que hará.

Referencias

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