Olas de frío, cómo determinarlas

Hace unas semanas se publicaban varios artículos en los medios de comunicación en relación a un estudio elaborado por el Instituto de Salud Carlos III cuyas conclusiones afirmaban que las olas de frío causan las mismas o incluso más muertes que las olas de calor. Además, esta tasa de mortalidad es también frecuente en zonas con temperaturas medias más templadas ya que, según los expertos, estas regiones están peor preparadas para soportar las grandes bajadas del termómetro. Sin poder pasar por alto estos datos tan llamativos, analizamos las olas de frío y cómo se determinan.

radioamericahn.net
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También llamadas olas polares, las olas de frío se presentan cuando las temperaturas sufren una bajada destacable, aunque no exista una definición científica clara y consensuada para determinar la diferencia entre los días fríos y este fenómeno meteorológico. Entre sus causas, las más frecuentes son los anticiclones que bajan con rapidez de zonas polares y los centros de altas presiones próximos a una depresión. Cuando se produce una ola de frío, el descenso de las temperaturas puede propagarse por otras regiones y alcanzar casi continentes enteros, como el caso de Asia, que hace unos días protagonizó una bajada del termómetro a niveles históricos.

Estos episodios, que presentan temperaturas anormalmente bajas, se determinan en función a una serie de factores. En primer lugar, hay que valorar la estación en la que nos encontramos, así como la región en la que analizamos el fenómeno. Por ejemplo, que el termómetro marque -5 ºC un día de invierno en ciudades como Soria puede ser normal, pero si esta temperatura se presenta en zonas como Sevilla, quizás nos encontremos ante una ola de frío. Además, es importante valorar la duración del fenómeno, ya que este tiene que producirse durante al menos dos o tres días, y su expansión por diferentes regiones. De esta forma determinaremos si se trata simplemente de un día frío o si, por el contrario, estamos ante una ola polar.

En cualquier caso, debemos acondicionar nuestro entorno para soportar un fenómeno de este tipo, manera en la cual evitaremos los devastadores resultados publicados por el Instituto de Salud Carlos III en relación a la mortalidad que causan estos episodios.

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