Es bien sabido que el Mediterráneo es una región del planeta caracterizada por un clima extremo: se puede pasar de un período de sequía extrema a un período de inundaciones súbitas en muy poco tiempo, haciendo que su estudio pueda llegar a ser extremadamente complejo, y más aún en un contexto de cambio climático antropogénico, es decir, provocado por el hombre. En esta nueva entrada te explicamos un nuevo capítulo de extremos mediterráneos: las inundaciones acontecidas en la isla de Ibiza el pasado 30 de septiembre de 2025.
Los datos demuestran el extremo
Durante el día 30 de septiembre, la isla de Ibiza se vio envuelta en una situación de precipitaciones muy intensas y persistentes. Desde la madrugada, las lluvias afectaron a la Pitiusa grande de manera generalizada, con tormentas estáticas localmente muy intensas. A lo largo de la jornada hubo diversas pausas en las precipitaciones, haciendo que los acumulados entre zonas fueran dispares. Sin embargo, ya desde la mañana, la ciudad de Ibiza se vio afectada por un tren conectivo (sistema de tormentas) que se fue regenerando continuamente sobre la ciudad.
Como resultado de las precipitaciones torrenciales en la capital, los acumulados de lluvia fueron extraordinarios. Sólo en el centro histórico de Ibiza se acumularon, en un sólo día, ¡más de 300 mm de lluvia!

En la Figura 1 se muestra en un mapa y en tabla las precipitaciones acumuladas por estaciones meteorológicas de diferentes redes. Cabe destacar la variabilidad extrema en los acumulados. Mientras que la cara norte de la isla acumuló «sólo» 40 mm de lluvia diaria, en el sur se acumularon más de 300 mm. ¡260 mm de diferencia en muy poco espacio! Por otro lado, la isla de Formentera también se vio afectada por las intensas lluvias. En esta misma jornada, en la Pitiusa pequeña se acumularon más de 100 mm en un día.
En conjunto, ha resultado ser un día histórico en lluvias acumuladas en esta parte del archipiélago balear. De hecho, se batieron varios récords de precipitación en 24 horas, tal y como muestra la Figura 2:

Además, como curiosidad, en algunas estaciones meteorológicas se acumuló más lluvia en un día que lluvia acumulada hasta la fecha. En Eivissa Vila, estación de AEMET, hasta la fecha de este evento, se habían acumulado tan sólo 176 mm. Pues bien, en tan sólo 1 día, se acumularon 252.6 mm. Por otro lado, en el Aeropuerto de Ibiza nunca había llovido tanto en un día, al menos desde que se tienen registros. El día 30 se acumularon 174.1 mm, mientras que hasta el momento sólo habían caído 118.2 mm. En esta estación se ha batido el récord de precipitación diaria, siendo el anterior en septiembre de 2005. Esto supone más de la mitad de la precipitación normal anual en tan sólo 1 día. Este caso se extiende a otras estaciones de las islas Pitiusas. Sin duda, una jornada histórica.

¿Por qué llovió tanto en Ibiza?
Es bien sabido que el Mediterráneo es un motor de lluvias intensas, sobre todo en la época otoñal. La combinación de un Mar Mediterráneo que ha acumulado calor durante todo el verano y la irrupción de aire más frío en las capas altas de la troposfera suelen ser los principales factores causantes de las fuertes lluvias otoñales en esta región climática. Otros factores como, por ejemplo, una DANA, podrían ser causantes de lluvias torrenciales. Sin embargo, no siempre es necesaria una DANA para que se produzcan inundaciones. Veámoslo más en detalle con ayuda de mapas sinópticos.
En la Figura 4 se representa una animación de la temperatura a 5500 de altura y el geopotencial a este mismo nivel:

En la Figura 4 se puede ver que, durante la jornada en la que se observaron estas precipitaciones torrenciales, existía una masa de aire frío en altura en retirada. Además, a esta altura, no se aprecia ningún tipo de circulación cerrada, del tipo DANA, con lo cual se puede concluir que en altura las condiciones de inestabilidad no eran muy acusadas. Si no existió una circulación cerrada marcada (DANA) y tampoco existía mucho aire frío en altura, ¿cómo se pudieron producir estas lluvias tan intensas? La respuesta la encontraremos en las Figuras 5 y 6.

En la Figura 5 podemos ver que los vientos en superficie durante la jornada procedían principalmente de componente este-noreste. Estos vientos se caracterizan por ser templados y muy húmedos y, al interaccionar con el relieve de las Pitiusas, el aire se ve forzado a ascender de manera violenta. Además, cabe destacar que estos vientos fueron muy persistentes durante la jornada de los 300 mm, con lo que las condiciones para observar lluvias torrenciales eran bastante favorables.
Otro aspecto clave para entender la persistencia e intensidad de estas lluvias la encontramos en la Figura 6:

En la Figura 6 se representan las características térmicas de las masas de aire. Podemos ver que, alrededor de las Pitiusas, circulaba una masa de aire muy cálida y húmeda. Podemos saber esto ya que en la animación del mapa predominan los colores rojizos en el entorno del Mar Balear y también en Pitiusas.
En resumen, los principales factores que tuvieron una gran influencia a la hora de que se produjeran estas lluvias tan intensas en Ibiza fueron 3:
- La presencia de una región de aire inestable en altura, con núcleo frío en retirada.
- Un chorro de aire cálido y húmedo en superficie, incidiendo sobre el relieve de la isla.
Aunque esta combinación de factores no sea la típica que uno esperaría para ver lluvias intensas, en este caso sí ha sido suficiente para observar acumulados de lluvia históricos.
¿Se podían prever con antelación las inundaciones?
Para responder a estar pregunta, debemos tener en consideración varios factores. En primer lugar, y tal y como hemos visto anteriormente y como menciona el ex-meteorólogo Ángel Rivera, no es necesaria la presencia de una DANA para poder observar lluvias torrenciales. Esto nos lleva a mencionar que, en este tipo de situaciones en las que no predomina una marcada circulación atmosférica cerrada, no resulta nada sencillo prever dónde y cuándo se producirán los sistemas de tormentas más intensos.
En estos casos, ¿dónde se encuentra la génesis de las lluvias intensas cuando no hay DANA? La respuesta hay que ir a buscarla en los niveles más bajos de la atmósfera. Si existe inestabilidad causada por una inyección de aire cálido y húmedo en niveles bajos y un mecanismo de ascenso de este aire suficientemente efectivo, entonces existen condiciones favorables a la formación de potentes nubes de desarrollo vertical o convectivas que pueden descargar una gran cantidad de agua en poco tiempo.
Los modelos numéricos de predicción atmosférica mesoescalar (pueden predecir tormentas) son realmente eficaces actualmente a la hora de pronosticar la génesis, propagación y disipación de los núcleos tormentosos. Sin embargo, al tener los procesos físicos simplificados en sus cálculos computacionales, hay diversas fuentes de error, a parte de la incertidumbre que conlleva pronosticar la evolución atmosférica. Por este motivo, las herramientas computacionales no son suficientes para el monitoreo y predicción de los fenómenos tormentosos. Un ojo humano bien entrenado es realmente valioso en situaciones delicadas, sobre todo cuando las condiciones previstas no concuerdan con las observadas.

El paradigma de la predicción meteorológica está migrando actualmente hacia los sistemas de alerta temprana. La creciente demanda de predicciones más detalladas y locales, junto con un aumento del número de eventos extremos, está forzando a la comunidad de la meteorología a implementar sistemas de predicciones por conjuntos a alta resolución, para poder captar mejor este tipo de eventos tan complejos de predecir. Ahora bien, ¿sabemos interpretar las predicciones probabilísticas? ¿Sabemos comunicar la probabilidad hacia el público general?
Una predicción meteorológica, por muy bien analizadas las condiciones y evaluados los riesgos, no resulta efectiva si no se comunica bien. Por ello, una buena predicción debe centrarse en los principales riesgos y lo que pueden suponer. La evaluación del riesgo ha estado ampliamente estudiada e implementada por diferentes organismos de predicción oficiales, como la NOAA o MetOffice, que evalúan el riesgo a partir de la combinación entre el impacto del fenómeno y la probabilidad de ocurrencia, en consenso con los servicios de Protección Civil y Emergencias.

¿Qué tiene que ver el cambio climático?
Es inequívoco que el ser humano está calentando el planeta, pero ¿qué impacto tiene el aumento de las temperaturas en este tipo de fenómenos extremos? ¿Cuál es la relación entre este evento extremo observado en Pitiusas, así como otros lugares del Mediterráneo y los cambios en la dinámica y física atmosféricas? ¿Se está tropicalizando la atmósfera en el Mediterráneo? Entre estas y otras preguntas, al tratarse de fenómenos a tan pequeña escala, la atribución del cambio climático no resulta tan sencilla, ya que los modelos climáticos operan a una escala mucho más grande, siendo el análisis más complejo de lo que parece.
La teoría especifica que, a mayor temperatura, mayor capacidad tiene el aire de absorber humedad, con lo que esto resultaría en una atmósfera con mayor capacidad de producir precipitaciones más intensas y persistentes y, por tanto, fenómenos de precipitación más violentos. Sin embargo, surge una gran paradoja cuando se analizan los cambios en el régimen de precipitaciones a nivel peninsular y en el Mediterráneo: llueve menos, pero de cada vez más fuerte y en menos tiempo.
En cualquier caso, estamos experimentando una atmósfera de cada vez más violenta, con cambios de cada vez más súbitos y extremos que conllevan un gran impacto. ¿Estamos preparados para ello?
Conclusiones
Para finalizar, resumamos lo discutido anteriormente en varios puntos:
- No es necesaria una DANA para que se produzcan precipitaciones torrenciales. Basta la presencia de aire cálido y húmedo acompañado de un mecanismo en los niveles bajos y medios de la troposfera que dispare bien las tormentas.
- La predicción probabilística a alta resolución, acompañada de una comunicación adecuada, mejora los avisos de cara a la población.
- El cambio climático está provocando ya cambios en los patrones de precipitación y debemos adaptarnos a ellos para mitigar el impacto que puedan provocar.
Referencias
- Blog Meteoclim: el clima pasado y futuro
- Wikipedia: Ecuación de Clausius-Clapeyron
- El blog de Ángel Rivera
- MetOffice: Early warnings fit for today and the future